LIGIA URIBE
(1940)
Al fin hemos podido contactar a esta excelente poeta de Rancagua. Teníamos razón al buscarla con tanto afán, pues es en verdad una poeta grande,
muy valiosa, y justo y necesario que sea siempre
tomada en cuenta. Ella y muchas otras poetas que no pude localizar antes, son notables en virtud de su domino verbal poético.
Enhorabuena, Ligia Uribe...
ES TARDE...
Es tarde,
empieza a caer
fragmentada la lluvia
en cuerdas y hojas.
Es fría, colma
mis horas melancólicas.
Gime conmigo, pasa,
me deja verte en el aire.
Llegas en lienzos del recuerdo
con caricias del viento.
Retornas mi luz.
UN DÍA DE LLUVIA
Un día de lluvia
caminé lenta
entre cenizas de la tarde.
Veredas de calladas piedras
ahogadas en pozas de agua.
Yo, por arrugadas sombras
mascando dolores
de los desamparados.
Raídos pasábamos
como hileras de nubes.
En las calles,
hombres pisando el mundo
sin pupilas
soberbios tirando aguas
hasta nuestros zapatos.
Cada cual agitando
ajenjos del alma
sin ver a Dios
habitando en pobres
bajo las lluvias de invierno.
LLUVIA
Cae,penetra,atrapa el aire,
arruga luces sin silencios.
florece en relámpagos
abre puertas en el espacio
esconde estrellas,
baila con el mar
agitando trajes de espumas.
Llueve y es mágico su encanto
vestida de viento es música infinita
es sauce que llora y nube sin cuerpo
Llueve y en truenos
despierta sentidos y calma
sus soles escondidos.
Llueve, llueve, llueve
y es manto de aguaje extendido.
viernes, 16 de julio de 2010
jueves, 15 de julio de 2010
SONIA M. MARTIN
SONIA M. MARTIN
(1940)
Desde muy lejos nos llega esta poeta chilena-estadounidense y su poesía es tan natural
y espontánea como el derrame de cristales de una vertiente. Vocablos cotidianos en la
belleza de sus versos que nos incitan a seguir tras su huella para encontrar la magia de
su entono...
Sonia M. Martin es admirable...
LA DIOSA DE LA LLUVIA LLORA
La tormenta
estalló al
final de
mi vida
Rayos
centellas
brillan
en las
madrugadas
Mañanas
crepúsculos
y tardes
se confunden
en mi ancianidad
Cae la lluvia…
cae la lluvia
desde mi rostro…
en mi vida…
Tú, magiar
te pierdes
en tu atormentado
y lluvioso
cerebro
pletórico
de neblina…
Yo,
la Diosa de la Lluvia
lloro
sobre nuestro
amor perdido
en la
raudal
tormenta
de nuestras vidas
GARÚA DEL PACÍFICO NORTE
y pacífica
como
mi océano
vago desnuda
por sus arenas
desnuda
de vida…
empapada
por la garúa
penetrante
que abraza
el fuego
de mi piel
de seda
Anhelo
palpitante
la lluvia
torrencial
Diluvio…
diluvio
que cubre
mi cuerpo
desnudo
Diluvio
de las
nubes
que lloran
cubriendo
mi caminar
desnuda
por las
arenas
de la vida
Soy pacífica
como mi océano
cuyas
aguas
embravecidas
de olas
que lloran
sobre
la arena
que cada
madrugada
huello
con mi
caminar…
Soy pacífica…
PURIFICACIÓN
Le canto
a la
lluvia
por todo
aquello
que tengo
que olvidar
para
purificar
el pasado
Camino
bajo
su
influjo
buscando
la catarsis
que me entrega
el agua lustral
que
empapa
mi vida
y mi
siquis
arropándome
con
su
jordán
(1940)
Desde muy lejos nos llega esta poeta chilena-estadounidense y su poesía es tan natural
y espontánea como el derrame de cristales de una vertiente. Vocablos cotidianos en la
belleza de sus versos que nos incitan a seguir tras su huella para encontrar la magia de
su entono...
Sonia M. Martin es admirable...
LA DIOSA DE LA LLUVIA LLORA
La tormenta
estalló al
final de
mi vida
Rayos
centellas
brillan
en las
madrugadas
Mañanas
crepúsculos
y tardes
se confunden
en mi ancianidad
Cae la lluvia…
cae la lluvia
desde mi rostro…
en mi vida…
Tú, magiar
te pierdes
en tu atormentado
y lluvioso
cerebro
pletórico
de neblina…
Yo,
la Diosa de la Lluvia
lloro
sobre nuestro
amor perdido
en la
raudal
tormenta
de nuestras vidas
GARÚA DEL PACÍFICO NORTE
y pacífica
como
mi océano
vago desnuda
por sus arenas
desnuda
de vida…
empapada
por la garúa
penetrante
que abraza
el fuego
de mi piel
de seda
Anhelo
palpitante
la lluvia
torrencial
Diluvio…
diluvio
que cubre
mi cuerpo
desnudo
Diluvio
de las
nubes
que lloran
cubriendo
mi caminar
desnuda
por las
arenas
de la vida
Soy pacífica
como mi océano
cuyas
aguas
embravecidas
de olas
que lloran
sobre
la arena
que cada
madrugada
huello
con mi
caminar…
Soy pacífica…
PURIFICACIÓN
Le canto
a la
lluvia
por todo
aquello
que tengo
que olvidar
para
purificar
el pasado
Camino
bajo
su
influjo
buscando
la catarsis
que me entrega
el agua lustral
que
empapa
mi vida
y mi
siquis
arropándome
con
su
jordán
martes, 13 de julio de 2010
ANTONIETA LONCOMIL ARIAS
ANTONIETA LONCOMIL ARIAS
(1972)
De pronto aparece Antonieta Loncomil Arias y es más que grata su ofrenda poética.
Y posee la gracia de las grandes poetas chilenas -que no recurren a subterfugios para
expresar su sentir en palabras cotidianas- embellecidas por la varita mágica de su estro.
Antonieta reune reales condiciones y no le será difícil acercarse cada vez más a los altos
y bellos árboles del gran bosque de la Poesía...
Tiene mucho que decir...
LLUVIA DE TIEMPO
Voy detrás de ti
Con la necesidad
Que calma mi paz.
Se acerca,
Tormenta en mis pensamientos
De destellos en blanco,
Guardo imagen fija
al mar azul y tormentoso.
Gota a gota
En mi rostro,
Será de placer,
No es mayor que la torpeza
Mirar lluvia pasada
Que el presente.
Y me detengo,
En tu temor,
Para buscarte
Nuevamente.
Confusa,
Aventurada,
Voy a donde estás.
CIUDAD LLUVIOSA
Ciudad mía,
Que de noche te recuerdo,
Pasiva, continuada,
Mis pensamientos están intactos,
Desde la última lluvia,
De esas luces que te cuidan e imploran.
Sigo allá explorando el aire,
Cantando por las noches,
Vibran los pardos a lo lejos
Y la sangre que llevo dentro.
Son miles de colores que mitigan deseo,
Soy una gota más caída por el invierno
Y un rayo más que florece con tus sueños.
Ciudad mía,
Que de noche te recuerdo,
Vivo por ti en la ansiedad a lo lejos,
Con la brisa en mis ojos,
Contemplando tu cielo.
LLUVIA AQUI, LLUVIA ALLÁ
Solo quiero verte,
Así como estás,
Puedo imaginarte
Entre gotas en la pared.
Pero te veo,
Con la mirada en alto,
Levantó mis brazos,
Para entender,
Contemplar la soledad de la noche,
Sentir que estás.
Los faroles están encendidos,
La vida nos avisa,
Que nada se hace después,
Después no hay presente.
Tus formas cambian,
Los colores y los destellos,
Quizás habrá más noches,
Mas vientos fuertes.
Las gotas,
Se juntan con el mar,
Al final de las ilusiones,
Al final del tiempo.
La lluvia se acaba,
Y yo ya no estaré
Quizás vagando por las calles
Y encendiendo faroles
Para los demás.
(1972)
De pronto aparece Antonieta Loncomil Arias y es más que grata su ofrenda poética.
Y posee la gracia de las grandes poetas chilenas -que no recurren a subterfugios para
expresar su sentir en palabras cotidianas- embellecidas por la varita mágica de su estro.
Antonieta reune reales condiciones y no le será difícil acercarse cada vez más a los altos
y bellos árboles del gran bosque de la Poesía...
Tiene mucho que decir...
LLUVIA DE TIEMPO
Voy detrás de ti
Con la necesidad
Que calma mi paz.
Se acerca,
Tormenta en mis pensamientos
De destellos en blanco,
Guardo imagen fija
al mar azul y tormentoso.
Gota a gota
En mi rostro,
Será de placer,
No es mayor que la torpeza
Mirar lluvia pasada
Que el presente.
Y me detengo,
En tu temor,
Para buscarte
Nuevamente.
Confusa,
Aventurada,
Voy a donde estás.
CIUDAD LLUVIOSA
Ciudad mía,
Que de noche te recuerdo,
Pasiva, continuada,
Mis pensamientos están intactos,
Desde la última lluvia,
De esas luces que te cuidan e imploran.
Sigo allá explorando el aire,
Cantando por las noches,
Vibran los pardos a lo lejos
Y la sangre que llevo dentro.
Son miles de colores que mitigan deseo,
Soy una gota más caída por el invierno
Y un rayo más que florece con tus sueños.
Ciudad mía,
Que de noche te recuerdo,
Vivo por ti en la ansiedad a lo lejos,
Con la brisa en mis ojos,
Contemplando tu cielo.
LLUVIA AQUI, LLUVIA ALLÁ
Solo quiero verte,
Así como estás,
Puedo imaginarte
Entre gotas en la pared.
Pero te veo,
Con la mirada en alto,
Levantó mis brazos,
Para entender,
Contemplar la soledad de la noche,
Sentir que estás.
Los faroles están encendidos,
La vida nos avisa,
Que nada se hace después,
Después no hay presente.
Tus formas cambian,
Los colores y los destellos,
Quizás habrá más noches,
Mas vientos fuertes.
Las gotas,
Se juntan con el mar,
Al final de las ilusiones,
Al final del tiempo.
La lluvia se acaba,
Y yo ya no estaré
Quizás vagando por las calles
Y encendiendo faroles
Para los demás.
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